EL EDIFICIO
Al lado de la judería medieval, se encuentra la iglesia de Santo Tomé –o de Santo Tomás Apóstol-, cuya torre mudéjar se alza sobre la transitada calle del mismo nombre. Como otros templos reúne las huellas de varias épocas, alzándose tal vez sobre una mezquita anterior. Las primeras noticias como templo cristiano son del siglo XII, teniendo una fuerte intervención a comienzos del siglo XIV gracias a don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz. El interior ofrece la cabecera gótica y tres naves bajo una bóveda de cañón con varias capillas y retablos de los siglos XVI-XVII. A los pies, al lado de la epístola, está la capilla de la Concepción, lugar donde fue trasladado el cuerpo en 1327 del citado noble, fallecido en 1323. Este lugar fue remodelado gracias a los ingresos obtenidos por el párroco Andrés Núñez, en 1569, procedentes de un pleito con la villa de Orgaz, cuyos habitantes habían olvidado durante mucho tiempo diversas obligaciones contraídas con esta parroquia según había ordenado don Gonzalo Ruiz antes de morir. En ese momento se incluyó la inscirpción que detalla el milagro y el proceso vivido hasta entonces.
LA GRAN OBRA: EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ
El 18 de marzo de 1586, el párroco contrató con el Greco la realización de un cuadro que recordase al piadoso noble. El lienzo debía recoger la milagrosa tradición local acaecida cuando los restos de don Gonzalo iban a ser depositados en este sepulcro en 1327: la aparición de los santos Agustín y Esteban que, con sus propias manos, depositaron el cadáver en la sepultura ante el estupor general de los presentes que celebraban la misa de difuntos.
El Greco preparó un gran lienzo (4,60 x 3,60 metros) para acoplarse a la capilla que alojaba la sepultura de modo que, sobre ella, el cuadro recordaría para siempre el singular enterramiento en Santo Tomé. Finalizado en 1588, hubo un pleito entre el párroco y el pintor, pues este pedía 1.200 ducados, cantidad que finalmente logró cobrar. La obra causó asombro y admiración desde el primer momento.
En la parte inferior destaca el cuerpo inerte del noble sostenido por los santos a los que tenía gran devoción. En la esquina derecha el párroco Andrés Núñez lee el ritual de difuntos. Alrededor, con ocuras vestiduras, aparecen varios caballeros toledanos,algunos eran amistades del pintor que así les inmortalizó. En el lado izquierdo, con un hachón encendido, el pintor retrató a su propio hijo Jorge Manuel, que tendría diez años a juzgar por la fecha de 1578 que lleva escrita en un pañuelo. Tras él, dos frailes, uno franciscano y otro agustino, cierran el llateral del lienzo.
Sobre las cabezas, se abre el cielo donde un ángel lleva entre sus manos lo que se supone alma del noble de don Gonzalo. Más arriba, la Virgen y san Juan Bautista interceden ante Cristo Juez entre ángeles y santos del Antiguo y Nuevo Testamento.
En 1874, el pintor y profesor asentado en Toledo, Matías Moreno (1840-1906), acometió la primera restauración del Entierro del Señor de Orgaz. Durante la guerra civil (1936-1939) la obra tuvo una especial protección, acometiéndose después diversos cuidados, limpiezas y tratamiwento in situ (el de mauor calado en 1975), pues a lo largo del tiempo, el lienzo nunca salió de esta iglesia.
Otra información: http://www.santotome.org/