En este tramo del recorrido, también predomina el aspecto residencial sobre el comercial. Además de alguna portada de interés y pequeños patios, se visualizan fachadas con diferentes tipos de miradores acristalados, elemento muy habitual en la arquitectura domestica de los siglos XIX y principios del XX. El edificio de más realce es el que se levantaron los jesuitas para albergar su Casa Profesa (reconocible por su portada realzada sobre una escalinata exterior) que no llegó a funcionar a causa del decreto de expulsión firmado por Carlos III en 1767. Desde 1834 quedó en manos del Estado, acogiendo sucesivas instituciones públicas hasta la actualidad. A finales del XX, tras una proceso de trabajo arqueológico se han rescatado parte del sistema del abastecimiento romano de aguas a Toledo que cruza por debajo de la calle de Alfonso X, siendo visitable las estructura de unas termas en la vecina plaza de Amador de los Ríos.

Textos: Rafael del Cerro Malagón


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