Con el anuncio de cohetes disparados a media tarde de la víspera, desde la plaza del Ayuntamiento parte un cortejo de gigantes y cabezudos elementos que formaban parte de las fiestas toledanas más alegres. Los primeros gigantones representaban en formas de parejas las cuatro partes del mundo entonces conocido, luego se añadieron personajes históricos como los Reyes Católicos o el Cid Campeador. De especial expectación goza la Tarasca, un fabuloso animal con forma de galápago y cabeza de dragón que abre sus fauces humeantes. Sobre su lomo se agita una desgarbada muñeca que recibe el nombre de «Ana Bolena». Pasacalles, animadores y bandas de música componen este colorista cabalgata de vísperas que marcha siguiendo el mismo el itinerario de la procesión.

Calles, patios o andar y ver.

Es costumbre pasear por la carrera procesional una vez que ha caído la tarde para ver la ornamentación de las calles y visitar los patios que son especialmente preparados para estas fechas además de concurrir a premios que reconocen así el interés de sus propietarios y residentes. Música, actuaciones o actos programados pueden darse cita en estos pequeños espacios que siempre sorprenden al visitante. En ocasiones, ciertas plazas o rincones, a pesar de no estar incluidos en la carrera oficial, también son engalanados por los vecinos, incluyendo alguna invitación popular de limonada, siendo un ejemplo la iniciativa de quienes viven en el callejón de San Pedro, al lado de la Catedral.

 La noche. La carrera procesional y el pertiguero

Con la noche recién estrenada, también desde la plaza del Ayuntamiento, se organiza una comitiva institucional encabezada por el alcalde que inaugura oficialmente la carrera, siendo precedida por la figura del “pertiguero”. Este personaje, recuperado hace algo más de treinta años, viste un jubón negro portando un largo puntal de madera equivalente a la altura de la custodia y que en épocas pasadas se encargaba de asegurar así que ningún ornamento impidiese el paso de la custodia por estar demasiado bajo. Este empleado recibió en otro tiempo el nombre de “cortasogas”. El paseo nocturno se complementa con el desfile de bandas de música o actuaciones de calle, algo que entronca con los antiguos autos sacramentales que representaban los cómicos sobre carros y tablados. Los nombres de Lope, Calderón, Tirso o Rojas Zorrilla, todos ellos unidos a Toledo por varios motivos, unieron su obra teatral con las fiestas del Corpus.

Hasta la entrada de la madrugada, son numerosos los visitantes y no pocos toledanos que, residiendo fuera, eligen estos momentos para el reencuentro pausado con la ciudad o antiguos conocidos, llenándose así las últimas horas de la víspera. También es posible acudir a conciertos y actuaciones dispuestas en plazas (El Salvador, del Ayuntamiento…) o paseos, como los del Miradero y de Merchán

 

Textos: Rafael del Cerro Malagón


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