Juanelo Turriano (1501-1585) fue un ingeniero cremonés que trabajó en España para Carlos I y Felipe II. En Toledo, junto al puente de Alcántara, levantó en 1569 un gran artificio para elevar las aguas desde el río hasta el Alcázar real, a casi cien metros de altura. La fuerza fluvial movía una gran noria que recogía el agua en cangilones que, mediante cazos y esclusas escalonadas, llegaba hasta el depósito final. En 1581 habilitó un segundo artificio allí mismo para aumentar los caudales bombeados al palacio sin que nunca se distribuyesen luego al común de la ciudad.

En el plano de Toledo que realizo El Greco hacia 1610 se percibe el recorrido del ingenio desde el Tajo hasta el torreón NE del Alcázar. En la orilla derecha del río, el pintor dibujó un entrante donde estaban los canales que conducían la corriente del río para mover las norias motrices llamados, respectivamente, "del Rey" y de "Espanta-diablos". Luego, el recorrido ascendente de las torres hidráulicas (unos 300 metros) pasaba entre la puerta de Doce Cantos, el Hospital de Santiago y el convento del Carmen, reseñado con el número 21 en el plano.

En pleno funcionamiento, el ingenio podía elevarr casi 20.000 litros al día. La maquinaria no era visible por nadie. Juanelo la cubrió con varias varias edificaciones cerradas y escalonadas para cobijar las torres, brazos y cazos oscilantes. No se conservan planos ni dibujos hechos por sus coetáneos, sabiéndose que el ingeniero partía de los estudios clásicos sobre sistemas hidráulico. Tan sólo hay algunas noticias y descripciones generales de su funcionamiento. Tal opacidad explica que tan sólo su hijo, pudiese prolongar el mantniemiento una vez fallecido el autor. También las frecuntes averías y continuos gastos fueron claves para dejar morir el artificio en 1639.

Si bien hubo intentos posteriores por recuperar o imitar esta gran obra, lo cierto es que nadie lo conseguiría. Mientras, sus piezas se fueron saqueando y perdiendo. En 1866 se dibamitaron los últimos restos  cuyos perfiles ya habían sido reproducidos en varias imágenes de mediados del XIX en forma de grabados románticos y tempranas fotografías. 

 

 

Textos: Rafael del Cerro Malagón


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