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Toledo 18-05-2014

Como si de una «yincana» se tratase planteo al lector el juego de descubrir en un edificio de Zocodover tres parejas de iniciales (TF, FM y AL) y, una vez halladas, identificar su significado que, a pesar del empeño por parte de alguien de ver siempre en estas cosas algo iniciático u oculto, encierran su singular historia.

Tales inscripciones están en los soportales citados en siglos pasados como de la Vidriería, entre las bocacalles de Barrio Rey y del Comercio. Esta manzana quedó fuera del proyecto de Juan de Herrera (1530-1597) para regularizar la plaza de Zocodover, pues tan sólo se levantaron los soportales de los Boteros (demolidos en 1865), los delArco de la Sangre (reconstruidos en 1945) y los del Peso Real, entre las calles de Carlos V y de Barrio Rey. Una postal de Purger&Comuestra el aspecto de esta manzana hacia 1900 con una desornamentada fachada, levemente cóncava, con varios anuncios, como el de la Relojería regentada por el «antiguo oficial de Álvarez», un organillero y algunas mujeres acudiendo con cántaros a la fuente instalada en 1866.

El inmueble agrupaba más de una docena de estrechas viviendas con empinadas escaleras pertenecientes a tres importantes vecinos de Toledo: Telesforo de la Fuente Largo, Facundo García Matamoros y Epifanio de la Azuela y López del Valle. El primero poseía cuatro casas asomadas a Zocodover desde Barrio Rey hasta el centro de los soportales. El segundo poseía otras dos en el centro de la fachada. El tercero era dueño de un estrecho tramo en la esquina derecha de los soportales y otras tres casas con acceso por la calle del Comercio. Los tres propietarios, deseosos de modernizar sus viviendas y negocios conforme con los gustos de la época, iban a propiciar nuevas viviendas de postín y atractivos negocios en el corazón mismo de Toledo en 1906.

En el mes de marzo, Telesforo de la Fuente y Facundo García Matamoros abordaban los derribos de sus inmuebles, solicitando al Ayuntamiento que se les permitiera rectificar la fachada que, como ya se ha dicho, era ligeramente cóncava. Pedían que el nuevo alzado fuese totalmente plano entre las esquinas de Barrio Rey y del Comercio, solución que, tras el oportuno pago del suelo ganado, añadiría algunos metros cuadrados a favor suyo. La propuesta fue aprobada en julio de 1906 tras el informe del arquitecto de la Diputación, Ezequiel Martín. Primero hubo que nivelar el suelo de los soportales, dar altura a las columnas y cargar sobre ellas potentes vigas metálicas con remaches y grapas, aún visibles, así como las iniciales del fabricante: AHV (Altos Hornos de Vizcaya), empresa creada en 1902. Sobre esta base cada promotor levantaría cuatro plantas y varios locales para viviendas y negocios.

TF. Un escaparate para el mazapán
Telesforo de la Fuente Largo agrupó sus cuatro casas en un único portal dispuesto en la calle de Barrio Rey, aprovechando todo el frente de la planta baja para colocar el local de su confitería ante la plaza. El proyecto lo ejecutó el arquitecto Juan García Ramírez que no se alejó de la estructura y decoración anteriores. Sobre el dintel del actual número 9 de la calle de Barrio Rey (acceso a la redacción deABC), se visualiza un enrejado negro con los siguientes datos: T-1907-F; es decir las siglas del nombre y del apellido del dueño flanqueando el año de la conclusión de la obra. La extrañeza es que, al menos ahora, el rótulo está colocado al revés, leyéndose desde la calle de derecha a izquierda.

Facundo García Matamoros acudió también en 1907 a Juan García Ramírez para que convirtiese cinco estrechas viviendas en cuatro amplias y diáfanas plantas asomadas a Zocodover. En este caso no había local comercial, tan sólo fue posible habilitar un estrecho y largo portal entre la confitería de Telesforo y el solar del tercer propietario. La fachada exhibe un amplio catálogo decorativo con miradores, antepechos metálicos y escayolas modernistas en forma de pilastras, roleos o cariátides. Abajo, en los soportales, sobre las tres columnas centrales, surgen dragones alados con las fauces abiertas, sujetando cada uno de ellos una cartela con inscripciones alternantes: en el centro se lee el año del final de la obra (1908), flanqueada por otras dos con las letras FM, elegantemente sobrepuestas, en alusión a Facundo Matamoros.

En noviembre de 1907 se autorizó a Epifanio de la Azuela la reforma de sus propiedades, según proyecto de Ezequiel Martín. El resultado fue una estrecha fachada de dos huecos por planta abiertos a Zocodover, mientras que la fantasía del metal, el cristal y las escayolas se despliegan hacia la calle del Comercio. En una generosa planta baja se abriría el 20 de febrero de 1909 el Café Español, habilitándose el acceso a los pisos superiores por un portal dispuesto en la calle del Comercio. El profesor de la Escuela de Artes, Sebastián Aguado, realizó la ornamentación plateresca de la fachada a base de guerreros, carros, orlas y «putti» alrededor de una cartela con las iniciales AL (Azuela y López), situada en el centro del dintel de alguno de los balcones. En 1982 el café echó el cierre, muchos años después el obrador de mazapán; los negocios y varios inquilinos también pasaron al álbum de los recuerdos, sin embargo, en los muros de esta manzana, como aún se ve, perviven enterradas las iniciales de quienes deseaban modernizar Zocodover en 1906, siguiendo los deseos principiados en 1863 que, en opinión de Urabayen, ya aspiraban a «hacer la competencia a la Quinta Avenida» y convertir al medieval zoco en «elegante Square».


Textos: Rafael del Cerro Malagón


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